En aquel oculto rincón
Tras el oscuro velo que lo envuelve
Se halla la fuente del placer
Enviare dos palomas blancas y suaves
Para retirarlo, acariciándote muy despacio
Para después beber en ti
Alzare los ojos para ver tu esencia de mujer
Buscaré en tu corazón el secreto que guardas
Aliviare tu dolor con mil caricias en tu piel
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